viernes, 22 de marzo de 2013


 HAY UNA SOMBRA DOS O TRES


Hay una sombra o dos o tres
Y que me importa
una sombra que late
Incluso más allá del cuerpo
que la provoca

Una sombra que persigue
todo indicio de no oírla
Que se agolpa y no duerme
Es la ausencia
que se nutre del espejo

Cuando miro hay una sombra
 o dos o tres
Una sombra que late
y se desmenuza en pelusas

Me he dado cuenta
que no es la muerte
quien me acompaña
sino yo a ella

 

¿Dónde yace el muchacho hoy, donde duerme y sobre que apoya su cabeza?


¿Dónde yace el muchacho hoy
donde duerme
y sobre que apoya su cabeza?
¿Dónde yace el muchacho hoy
donde duerme
y sobre que apoya su cabeza?
¿Hasta cuando
y de donde esa afilada resistencia
 pegada al borde?

Un desmoronamiento imprevisto de cubos
va rajando su fantasía
 permaneciendo vertical en él,
Su pescuezo de pájaro
ladeándose en las calles
 a trancos se desplaza
 nerviosismo y de mar

Algo de agua caleteando por sus ojos
cuando hay algo que se silba en formas
Escapando por el vértice de una lata vacía
 contorno de libre albedrío,
Caprichoso hormigueo de sombras
dobladas y dejadas a la intemperie

¿Dónde está el muchacho así
con su alma expuesta?
Los cajones de cartón rellenados
cuidadosamente
con los escombros de las azoteas
¿Qué es lo que harás? Latón
kerosene ladrillo descascarado muro caramelo
Más muchacho que nunca
una piedra chiquita
que se ha metido en el zapato

Cartas y más cartas
cayendo de un tirón
por el cielo de la avenida

Entonces vienes y vas muchacho
 imprimiendo con las extremidades abiertas                                                       
por sobre el olor de las flores
tu alegría

Y haz muchacho como que no te das cuenta
 haz sólo haz
Que el caprichoso y exigente arte
de hacerte el huevón
tenga hasta aquí algún sentido

Nadie creerá en ti, telaraña legaña
y eso será bueno
Mientras bostezas aburrido
y demoras como gato
para ponerte la camiseta

La extraña mirada
de los cuerpos chamuscados te rodea
sobrevolando como negruzcas neblinas
No han llegado a tocarlo
 nunca podrán en realidad
Y eso será también bueno

Porque tu eres una larva muchacho
 una hermosa larva en el refrigerador
No puedes ver aun
la curva de tu hombro
en la blanca superficie

Porque tu y yo
somos de otro tiempo
Creciendo como ramajes celestes
en el cristal de mis sienes

Pero tú eres el habitante
Y la ciudad
 un perro adormecido
por el humo del combustible
que ha perdido ya su olfato

la espiralada elipse de un ángel
que juega por tu vello púbico
 te protege
Bello entre bellos
Nunca se es demasiado joven
 para morir en esta guerra

Muchacho de silbatinas en la madrugada
De no madre
cuando te levantes de la silla
 prosiguiendo el logro de tu estatura
hacia el ocaso

Bendecida parte en quien nadie creerá
ni le importará un rábano
 lo que hagas o dejes de hacer
Tener un ojo en el cóncavo aro
 es lo importante

Mirar en el agua
la cadenciosa forma de lomo
que toma la vida
Garabateando olas
pequeñas y lentas

Como pequeño y lento
es el darse cuenta del sol
al atardecer



              Lima, 2005