Rosa, la puta de Lima, La performer
Del clavo puro, insólito, ella cuelga, se sostiene,
invertebrando la maraña todos los días, y la piel que ausenta la chispa
volviéndonos salvajes de improviso en el cuarto oscuro de rosa, la performer,
una luz por la rendija se desliza y desaparece
una cruz hecha de troncos en la pared con los pelos largos
con el coágulo péndulo en el puro clavo punzón
desde rosa, la puta de Lima, la performer
la avispa mayor en la escala de las flageladas
la del perpetuo silencio en ermitas desmoronadas
y el polvo en los anaqueles con el cuarto vacío
y los objetos punzocortantes puestos a buen recaudo
La muñeca sin brazos a duras penas entre el vapor de sus sombras
Sonríe a la nada
Un mapamundi de costras en su cabeza rapada
Y el naranjal en flor de esferas estáticas en pleno invierno
Allá afuera
Una flor blanca flota en el tendedero y miras en tus manos
A la pequeña que salió ilesa moviendo con lascivia las carnosas caderas
Mariposa adiposa tatuada entre los muslos
Y un calzón diminuto entre pliegues rotos, desmoronándose,
Mil veces la novia ante el espejo lucrativo, madre, hija y espíritu santo
Nudos apresurados de cuerdas que salen interminables de tu boca
Rosa, la puta de Lima, perdida de llaves, la performer,
En el pozo coronada de espinas quietecita sin chistar
Aquel barco de cristal que viene acercándose, ¿quienes serán?
Sube criatura, sube y vámonos ya
Las campanas iridiscentes se despiertan y los ovillos de canas
Desgastan sus soplidos para hacerse a la mar
Y la puerta que quizás olvidarás cerrar con el aire
Pero ya, rosa, pero ya,
Una máquina de coser pespuntándose sobre tus venas
Terminado 13 de abril 2010
domingo, 23 de marzo de 2014
Ella te invitará a que le cortes la cabeza
pondrá la espada en tu mano
y sobre un campo de flores carcomidas por los pájaros
el mistérico trazo de su sonrisa
será cubierta por el lento paso de su sangre goteando como perlas
cuyas cuentas reflejen los días
Mirarás así las nubes transcurridas,
los pétalos que se sostenían firmes de sus coronas
y la tempestad de su alma encontrará reposo,
en un lecho de hielo permanente
Deja ya de balancearte en la soga pajarillo áureo
tus dedos largos y frágiles
miran aquel capullo rojo que sobre el tallo pendula,
desde el fondo blanco del agua petrificada tus labios eran carne viva
donde giraba el remolino
Tu cuerpo ahora danza decapitado
la herrumbre perpetua de mi mano en tu contorno
el talle de la daga sobre la arena sin fin, un aullido extenso se deshilvana
el garfio dentro, amarrado a un cabo
No existe ciego que guíe a otro ciego
Tu, convertida en sal
y en la oscuridad un relámpago que ilumina mi brazo
La miseria y el acto sobrenatural
La lenta deglución de las oropéndolas y los cartuchos
El jardín vacío
En mí los rastros de tu sangre
tus ojos picoteados por los cuervos
la espada que cae y forma un puente hacia lo desconocido
21.03.14
pondrá la espada en tu mano
y sobre un campo de flores carcomidas por los pájaros
el mistérico trazo de su sonrisa
será cubierta por el lento paso de su sangre goteando como perlas
cuyas cuentas reflejen los días
Mirarás así las nubes transcurridas,
los pétalos que se sostenían firmes de sus coronas
y la tempestad de su alma encontrará reposo,
en un lecho de hielo permanente
Deja ya de balancearte en la soga pajarillo áureo
tus dedos largos y frágiles
miran aquel capullo rojo que sobre el tallo pendula,
desde el fondo blanco del agua petrificada tus labios eran carne viva
donde giraba el remolino
Tu cuerpo ahora danza decapitado
la herrumbre perpetua de mi mano en tu contorno
el talle de la daga sobre la arena sin fin, un aullido extenso se deshilvana
el garfio dentro, amarrado a un cabo
No existe ciego que guíe a otro ciego
Tu, convertida en sal
y en la oscuridad un relámpago que ilumina mi brazo
La miseria y el acto sobrenatural
La lenta deglución de las oropéndolas y los cartuchos
El jardín vacío
En mí los rastros de tu sangre
tus ojos picoteados por los cuervos
la espada que cae y forma un puente hacia lo desconocido
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